La Biblia es inspirada por Yahwéh y revela conocimiento que uno no puede aprender por sí solo.
Debemos de vivir “por toda palabra que sale de la boca de Yahwéh”, (Mateo 4:4). “Toda la Escritura es inspirada por Yahwéh, y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”, (2Timoteo 3:16). “Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”, (2Pedro 1:20).
No debemos agregar ni quitarle a las Escrituras, (Deuteronomio 4:12; 12:32; Apocalipsis 22:18).
El concepto de inspiración se aplica a los escritos en los idiomas originales. Las traducciones pueden contener errores, y de hecho, muchas los contienen. Así que debemos buscar las mejores traducciones que más se apeguen a los idiomas originales, especialmente el hebreo.